Uno de los grandes males alimentarios actuales tanto de las sociedades avanzadas como de las regiones más empobrecidas del mundo es el abuso de consumo de alimentos ultraprocesados. En el futuro es más que probable que haya más gente que padezca enfermedades crónicas asociadas a su consumo y también que se aumenten las muertes prematuras como consecuencia de este tipo de alimentación. Por eso, es imprescindible replantearse los hábitos alimentarios desde edades tempranas.

Obesidad infantil y su relación con los ultraprocesados


La ONU, a través de su informe Qué necesitan saber las autoridades de comercio e industria del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, señala que “la liberalización del comercio en ciertos contextos ha aumentado la disponibilidad de alimentos ultra procesados con un alto contenido de azúcar y grasas y de bajo valor nutricional”.

¿Por qué ha aumentado su consumo? Entre otras razones porque son más fáciles de adquirir, transportar, preparar y son más económicos que otro tipo de alimentos frescos. Los productos ultraprocesados se conservan durante mucho tiempo y están elaborados para que se tenga necesidad de consumirlos. Parecen realmente adictivos.

Durante los últimos años se ha observado un incremento de sobrepeso y obesidad en niños de edades tempranas que, en parte, podría estar asociado al consumo de este tipo de productos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), millones de niños menores de 5 años sufren obesidad. Si no se toman medidas, esta Organización asegura en uno de sus últimos estudios que en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con insuficiencia ponderal moderada o grave.

En España, un 43% de los niños de entre 6 y 9 años padecen sobrepeso u obesidad, de acuerdo con el estudio Aladino, llevado a cabo por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición del Ministerio de Sanidad.



Nueva llamada a la acción


Menú saludable para niños de 1 -3 años


Para evitar que estas cifras sigan creciendo, es determinante para el crecimiento y desarrollo de un niño o niña establecer un menú saludable para cada edad y unas costumbres de alimentación adecuadas que le marcarán durante edad adulta. En el Libro Blanco de la Nutrición en España de la AEPED (Asociación Española de Pediatría), las recomendaciones básicas de consumo que pueden ser modificadas según las necesidades individuales de cada niño serían:

  • Leche y/o lácteos: dos veces al día.

  • Verduras y/u hortalizas: en dos raciones al día, es decir, puede ser la comida y la cena. En esta edad, se entiende que los niños empiezan la masticación por lo que se les puede dar como ensalada de tomate, ensaladilla, etc., o en otras formas como decimos que sean fáciles de masticar.

  • Pescado, y más en concreto, hay que hacer énfasis en el blanco: 3-4 veces a la semana. Su ingesta le aportará ácidos grasos de cadena larga que le ayudará a prevenir enfermedades crónicas.

  • Dulces y derivados: debería consumirlos esporádicamente (como mucho una vez a la semana).


Es necesario recordar que se debería comenzar el día con un buen desayuno y complementar cada comida correctamente en casa o con el menú escolar.

Menú saludable para niños en edad preescolar (4 – 6 años) y escolar (7 – 10 años)


Como hemos dicho, cuando los niños no cubren sus necesidades básicas alimentarias y llevan una ingesta incorrecta de nutrientes según su edad pueden padecer problemas que impactarán de manera severa en su salud como, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, diabetes o hipertensión, entre otras.

Una de las cosas que más preocupan según la Asociación Española de Pediatría es que “el aporte de calcio y vitamina D, que es vital para alcanzar una masa ósea adecuada, se ha comprobado que es inferior al recomendado en el 77% y 100% de los niños españoles lo que puede suponer un riesgo en su crecimiento y salud ósea a largo plazo”. Señalan como otra amenaza alimentaria el descenso en el consumo de verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales, pescado

De hecho, en el estudio ANIBES, de la Fundación Española de la Nutrición, se estima que los niveles más bajos de consumo medio de verduras, hortalizas y frutas los encontramos en los niños con 241 g/persona/día de media. En la encuesta ENALIA (Encuesta Nacional de Alimentación en la población Infantil y Adolescente), también se señala que el segundo grupo de población que menos fruta consume es el de los niños con 148,7 g/persona/día.

El estudio también incide en que se ha incrementado el consumo de carnes y derivados, ácidos grasos saturados y alimentos de alta densidad energética o la sal, y esto puede ocasionar desequilibrios alimentarios lo que hace que consuman menos fibra, ácidos grasos omega-3, folatos, vitamina D, calcio, hierro, selenio, zinc, tan necesarios para estas edades.

Mejorar los hábitos alimentarios y saludables en niños


La obesidad infantil es una asignatura pendiente de todos: padres y comunidad educativa. De hecho, los comedores escolares también deben tener un papel esencial en la adopción de hábitos alimentarios adecuados tanto en la preparación como en el suministro de alimentos a los más pequeños.

En el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición (2016-2025) hay un apartado en el que se reafirma el compromiso de prevenir todas las formas de sobrepeso en niños menores de 5 años, “exhorta a todos los fondos, programas,  organismos especializados pertinentes de las Naciones Unidas, la sociedad civil y otras partes interesadas a colaborar en diferentes sectores e instancias para orientar, apoyar y aplicar políticas, programas y planes nutricionales y a apoyar mecanismos que permitan vigilar los compromisos y presentar informes al respecto”.

Una de las cosas que deberían controlarse más es la publicidad de alimentos. De hecho, los grandes fabricantes de alimentos ultraprocesados se han dado cuenta de la importancia de hacer anuncios publicitarios destinados a niños que son los consumidores del futuro, lo que es verdaderamente peligroso. En nuestro país, el Código PAOS se aplica como código de corregulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores.

Las autoridades encargadas de las políticas públicas de salud también deben hacer esfuerzos en desarrollar acciones destinadas a promover incentivos para reducir el número de productos ultra procesados en el mercado como, por ejemplo, con un posible gravamen especial o un mayor control en los establecimientos que los suministran.

Es tiempo de tomar medidas y replantearse los errores cometidos. Para ello, es necesario una implicación mayor de la sociedad y de las instituciones para encontrar y establecer estrategias que mejoren los hábitos alimentarios y estilo de vida de los niños.

Desde Ayuda en Acción hemos puesto marcha un proyecto innovador para prevenir la obesidad infantil en colegios. También realizamos acciones enmarcadas en el programa Aquí también sobre la igualdad de oportunidades en España con un apartado destinado a condiciones de vida saludables con cursos especiales como los campamentos gastronómicos de verano con formación para la inclusión social y la alimentación saludable.