Viajar con niños y turismo responsable no son conceptos que no se lleven bien, sino más bien todo lo contrario. Cuando nos planteamos un viaje con niños no todo tiene que ser en sitios adaptados con todas las comodidades, sino que existen también posibilidades de viajar en familia quizás con menos facilidades pero el mismo nivel de seguridad.
¿Quién no ha cogido la mochila al hombro y se ha ido de vacaciones cuando era joven sin apenas haber planificado nada y encontrando lugares desconocidos en armonía con la naturaleza? Seguro que la mayoría de quienes nos leen pueden contar alguna aventura o experiencia de turismo responsable, aunque sea sin buscarlo. Mucha gente cree que con niños la cosa cambia, pero desde aquí te vamos a contar por qué creemos que no necesariamente debe ser así.
El turismo responsable consiste en viajar de una forma respetuosa tanto con el entorno natural como con las comunidades que forman parte de cada lugar. Una modalidad de turismo responsable es el turismo solidario, que también puedes ejercer en familia, y que consiste en conocer nuevos lugares colaborando, al mismo tiempo, con el desarrollo de la zona o apoyando de una u otra forma diferentes causas sociales en las que incluso puedas participar de forma activa.
Sea como sea, es posible hacer partícipes a la infancia en los viajes de turismo responsable. Viajar con niños nunca será tan divertido ni tan importante para su crecimiento personal. Pero si no se te ocurre por dónde empezar, te damos algunos consejos para organizar un viaje muy importante para hacer en familia.
Buscar nuevos destinos para viajar con niños
A la hora de planificar un viaje con niños a través del turismo responsable, un error muy común consiste en planificarlo como si de un viaje más se tratara. Es cierto que podemos ser viajeros responsables en casi cualquier lugar, pero pongámonos el reto de buscar destinos más allá del turismo de sol y playa en hoteles con todo incluido; busquemos lugares donde poder ejercer lo que más arriba definíamos como turismo responsable.
A los niños les gusta, por lo general, el movimiento. Por eso, para buscar un destino al que viajar en familia, podemos pensar en opciones en las que la naturaleza tengan un papel muy relevante. Y esto nos permite, por supuesto, ir a la playa –y también a la montaña–, pero buscando opciones de alojamiento diferentes, por ejemplo, residencias u hoteles ecológicos.
Si el bolsillo no nos permite elegir un destino exótico que haga posible conocer en familia otras culturas y que los niños vean cómo viven otros pequeños de su misma edad, no es ningún problema, porque seguro que cerca de nuestra ciudad existen opciones de turismo responsable a los que viajar con niños y niñas, quienes encontrarán una forma diferente de conocer el mundo sin alejarse demasiado de su propia casa.
Buscar un alojamiento ecológico y responsable
Los grandes hoteles del todo incluido, que mencionábamos antes, pueden resultar muy cómodos, pero sin embargo, no suelen ser respetuosos con el entorno ni con las comunidades en las que construyen sus grandes complejos. Por eso, si vamos a iniciar un viaje de turismo responsable con niños, optaremos por un alojamiento que respete el medio ambiente y también a las personas, porque nadie mejor que ellos saben lo importante que es lo que hacemos hoy para su propio futuro.
Una buena opción puede ser un hospedaje ecológico, donde haya incluso actividades para hacer en plena naturaleza. Pero últimamente encontramos también multitud de hospedajes familiares que son una magnífica opción sobre todo cuando nos movemos en entornos culturales muy diferentes al nuestro. Hay experiencias en las que por ejemplo se viaja a poblados en África donde, durante un tiempo, la familia que hace turismo convivirá con la del lugar que se visita, conociendo de esta forma diferentes modos de vida, juegos y formas de interactuar que seguro que son algo totalmente novedoso para los más pequeños (y en muchos casos, también para los mayores).
No hay que pensar que vamos a perder en confort cuando pensamos en un viaje de turismo responsable, porque las comodidades que podamos perder frente a un viaje tradicional serán compensadas con creces con todo lo que aprendamos no solo nosotros, sino también (y sobre todo) con lo que aprenden nuestros hijos e hijas.
Respeta la naturaleza
Viajar con niños en una experiencia de turismo responsable es un momento ideal para educar sin que ellos sean conscientes, ya que equipararán vacaciones con mera diversión, sin darse cuenta de la cantidad de aprendizajes que están absorbiendo y que sin duda serán muy valiosos para el resto de sus vidas. Si vais de excursión, es importante respetar siempre el medio natural: tirad la basura a los lugares habilitados e intentad no producir excesivos desperdicios; id siempre por los caminos habilitados; respetad la flora y la fauna de cada lugar: no arranquéis flores para ponerlas en el pelo ni para regalarlas y no os llevéis animales de su hábitat natural, por muy pequeños que estos sean.
Relaciónate con las personas y la cultura local
Allá donde fueres, haz lo que vieres, dice nuestro sabio refranero español, que en este caso podemos aplicarlo para animaros a haceros partícipes de todas las actividades en las que podáis participar en la comunidad en la que os hospedéis, pero (eso sí) mostrando siempre respeto por sus decisiones, aunque estas a veces nos puedan parecer equivocadas. No podemos aplicar nuestra lógica a otros entornos que no conocemos, por eso siempre que nuestro papel sea de paso, podremos acercarnos a conocer y aprender, e incluso hablar sobre cómo hacemos una u otra cosa en nuestra cultura, pero nunca imponiendo nuestro parecer sobre algo o haciendo comentarios con los que alguien pueda sentirse ofendido.
Cuando viajas con niños, esto de relacionarte con otros es mucho más fácil: el nivel de curiosidad de los más pequeños hace que muchas veces entablen conversaciones con otros niños, niñas y sus familiares, con lo que nuestro abanico de posibilidades para interactuar con la comunidad es mucho más fácil.
Una forma de tomar contacto con la cultura local es también a través de la comida. Cuando viajes con niños, a veces el tema de las comidas es más complicado, porque no se atreven a probar nuevos sabores; sin embargo, puede ser un momento especialmente bueno para continuar educando y que a la vez, puedan aprender mucho sobre la cultura y los modos de vida en otros entornos y además, de una forma divertida.
¿Y si no hay cobertura?
Cuando no tenemos tiempo para dedicar a los peques, muchos padres y madres pecan de darles la tablet o el móvil para que jueguen, olvidándose de que la falta de control parental puede tener riesgos evidentes. Otras veces, basta con encender el botón de la televisión para mantenerlos entretenidos…
Al iniciar un viaje con niños a través del turismo responsable, tendrás que saber que muy probablemente en el sitio al que vas no habrá cobertura de red y tampoco televisión, con lo que debemos estar preparados para ofrecer a los niños y niñas una batería de propuestas que puedan parecerles interesantes a la vez que aprenden cosas que contar a sus pequeños amigos cuando vuelvan de su inolvidable viaje.
Respeto y tolerancia: tus dos máximas
Finalmente, no queremos que olvides que en un viaje de turismo responsable con niños, siempre deberás tener bien claros cuáles son los dos objetivos que deberemos cumplir por encima de todo, y esos son la tolerancia y el respeto para con otras personas.
Conocer nuevas culturas, respetar sus formas de hacer, aprender de cómo ven la vida y tratan la naturaleza, cuidar el medio ambiente… son sin duda componentes esenciales de un viaje de turismo responsable que, en el caso de llevarlo a cabo con niños, deberemos tener aún más cuidado en cumplirlo, puesto que de nosotros dependerá gran parte de su actitud ante la vida y del cuidado del planeta en el que van a vivir cuando sean mayores.