España enfrenta un grave problema estructural: el alto desempleo juvenil, con una tasa del 27,7 % en 2023, muy por encima del promedio europeo. Esta situación tiene importantes consecuencias sociales y económicas, como la pérdida de talento, la dependencia prolongada de las familias y el impacto negativo en la salud emocional de la juventud. El abandono escolar temprano, que alcanza al 13,6 % de los y las jóvenes entre 18 y 24 años, es un factor clave que dificulta su inserción laboral y el desarrollo de un proyecto de vida. La situación se agrava para las mujeres quienes, a pesar de tener menor abandono escolar, enfrentan mayores barreras de acceso al empleo, salarios más bajos y una fuerte segregación ocupacional. Las desigualdades de género, la falta de conciliación y los estereotipos siguen limitando su participación plena en el mercado laboral, especialmente en contextos de vulnerabilidad.