En Ayuda en Acción una de las acciones que promovemos entre los grupos de niños y niñas que forman parte de nuestros proyectos de apadrinamiento, así como en las comunidades en las que conviven, es la de crear y mantener huertos escolares y familiares.

Descubre todos los beneficios de estos huertos y cómo tú también puedes ayudar en los proyectos.

¿Qué son los huertos escolares? ¿Y los familiares?


En primer lugar, diferenciamos qué son los huertos escolares y qué son los huertos familiares.

Un huerto escolar infantil consiste en un terreno en el que niños y niñas de un centro escolar cultivan verduras, hortalizas, plantas aromáticas o lo que se considere adecuado según el programa educativo vinculado.

Los huertos familiares reciben este nombre porque, normalmente, están ubicados de forma contigua a una vivienda. La familia cultiva los alimentos que se consideran más recomendables para un autoconsumo, aunque si hay excedentes también existe la posibilidad de rentabilizar económicamente el terreno.

Tipos de huertos escolares


Hay muchos tipos de huertos escolares, aunque todos ellos deben adaptarse en dimensión y cultivo al hecho de que van a ser niños y niñas los responsables de su cuidado y mantenimiento, obviamente siempre bajo supervisión de docentes adultos.

  • Huerto de suelo: se cultiva directamente en suelo natural, con una tierra apta para las plantas, verduras u hortalizas escogidas. Por descontado, suele ser un espacio de pequeñas dimensiones, en función de la cantidad de estudiantes que puedan participar.

  • Huerto de maceta: el cultivo se realiza sobre macetas normalmente amplias, con lo que se ahorra espacio y es más cómodo para los niños y niñas que realizan esta actividad.

  • Mesas de cultivo: se trata de cultivos que se realizan sobre grandes mesas a una altura determinada del suelo.


Importancia de los huertos escolares


La importancia de los huertos escolares ha motivado que esta práctica se extienda entre muchas comunidades, sobre todo cuando cuentan con el apoyo de proyectos de apadrinamiento como los que encabezamos en Ayuda en Acción.

En primer lugar, se enseñan técnicas de labranza tanto a los niños y niñas como también a los padres y madres (en caso de los huertos familiares). Este aprendizaje puede servirles tanto para técnicas de autoconsumo en el futuro, como para dedicarse profesionalmente a este sector. Por tanto, mejora sus oportunidades laborales.

A nivel formativo, se fomenta la importancia de la agricultura como un sector básico para la alimentación de la sociedad y la economía de cualquier país. Por supuesto, el docente es responsable de transmitir al mismo tiempo educación relacionada con las plantas y verduras utilizadas en estos cultivos.

De igual forma, se explica en estas clases la importancia de una alimentación saludable, que puede aprovecharse a través del cultivo de los alimentos adecuados.

Otro de los beneficios de los huertos escolares es que se potencia el trabajo en equipo y los niños y niñas adquieren una sensación de comunidad y de cohesión, que puede serles de gran utilidad a lo largo de su vida.

¿Quieres ayudarles a disfrutar de todos estos beneficios con actividades como los huertos escolares? Entra en nuestra sección de Apadrina y colabora con tu aportación mensual, para que grupos de niños y niñas de todo el mundo puedan mejorar su presente y su futuro. Descubre varios de los proyectos que hemos realizado en varias comunidades. ¿Te animas a viajar virtualmente a Latinoamérica para conocer algunos de estos huertos?

Huertos escolares y familiares en diferentes partes del mundo


Cuenca del Motagua (Guatemala)


Uno de los problemas con los que conviven en la región de Chortí es la deforestación. En la Cuenca del Motagua hemos dado formación a 100 agricultores sobre prácticas agrícolas y de sistemas de cultivo para mejorar su producción. Además, les hemos facilitado semillas criollas de los productos principales que cultivan en la zona: maíz y frijol. Se trata de semillas más adaptadas al tipo de suelo que trabajan en la cuenca y especialmente útiles para enfrentarse a la sequía que sufren en el Corredor Seco.

Además de esta formación, otras 95 familias han asistido a charlas en las que hemos hablado del uso del espacio con usos agrícolas. Esto lo hacemos porque es frecuente que muchas familias utilicen sus patios para crear sus propios huertos. Gracias a esta acción han podido adecuar terrenos en sus viviendas para cultivar alimentos nutritivos que les permiten mantener dietas saludables.

El Salvador


En el municipio de San Dionisio (Jaltepeque) hemos prestado apoyo para construir parcelas agroecológicas de maíz criollo. Esto permite aumentar la seguridad alimentaria de sus familias, entre las que hay niños y niñas apadrinados. Pero no solo mejoramos su alimentación, sino que los huertos familiares también favorecen sus economías. Y es que ahora las familias cuentan con productos que ponen a la venta en su comunidad. De esta forma, dicho excedente generará ingresos que repercutirán, a su vez, en el desarrollo comunitario.

Algo similar hemos hecho en la comunidad Los Marranitos, donde 10 familias recibieron semillas y abono orgánico para sus huertos familiares.

Colombia


En las comunidades donde trabajamos el apadrinamiento, y a través de las acciones desarrolladas dentro de lo que llamamos vínculo solidario, insistimos a las familias en la importancia de la alimentación.

Huerto escolar

En las comunidades de San Jacinto y López Adentro, en la zona del Cauca, estamos elaborando un plan para sensibilizar sobre la importancia de mantener una alimentación sana y equilibrada. Con esta acción impulsamos también otro tipo de huertos: los huertos escolares. De esta forma tendemos puentes entre la educación formal y la vida en la comunidad.
Junto a mis alumnos hemos creado un huerto. Hemos realizado el trazado y la construcción de las eras, hemos fabricado abono orgánico y sembrado diferentes hortalizas que después usamos en la alimentación escolar (Silvia Ortiz, profesora en la Institución Educativa San Jacinto, en Guachené).

Los huertos familiares y escolares mejoran la alimentación de las familias a la vez que repercuten en las economías locales. Clic para tuitear

Bolivia


En 2019 en el municipio de Tarvita (Departamento de Chuquisaca), construimos gracias al apadrinamiento ocho viviendas con acceso a agua potable, cocinas mejoradas y sus propios huertos. Antes de instalar sistemas de riego para dichos huertos familiares, dimos formación para fomentar el uso responsable del agua.

Casimiro es uno de los habitantes de una de estas comunidades donde, gracias al apadrinamiento, hemos puesto en marcha estos huertos familiares. Siempre se había dedicado a la agricultura pero últimamente había pensado en abandonar su profesión.
Me siento muy feliz porque ahora tengo agua en mi parcela. Antes no teníamos y por eso la cosecha que obteníamos era muy escasa. Habíamos perdido toda la ilusión y ya ni queríamos sembrar, hasta que llegó Ayuda en Acción y PROAGRO (Casimiro Baldivieso).

Además de contar con agua para cuidar su huerto, hemos proporcionado a él y a otras familias semillas mejoradas y sistemas protección: “antes la semilla germinaba en dos semanas hoy lo hacemos germinar en tres días y no tenemos que preocuparnos por los pájaros porque tenemos huertos protegidos”, dice.

Huerto mujeres en Bolivia

Pero los huertos familiares no solo dependen de los hombres. En las comunidades de Kuñuri Pampa, Cimientos y Kewiña Mayu, cuatro organizaciones de mujeres mejorarán la productividad de sus huertos gracias a la aplicación de un sistema que permitirá optimizar la germinación de semillas.

Y en Cimientos, Kapactala y El Salto, en 2020 hemos dotado a 40 mujeres de huertos familiares para producción de hortalizas, contribuyendo además a su empoderamiento económico.

En 2019 dimos formación en Cotagaita a 150 docentes para poner en marcha proyectos educativos y sociales en las escuelas donde asisten los niños y niñas apadrinados. En San Lucas por su parte, hemos llevado semillas y herramientas de jardinería a 10 escuelas para que puedan plantar y cultivar hortalizas y frutales en sus huertos escolares.

El Salvador


En la comunidad de Las Piletas, en Coatepeque, siete familias recibieron capacitación y materiales para construir duchas en sus viviendas. Puede que te estés preguntando qué tiene que ver esto con los huertos familiares. ¡Te lo aclaramos! Al crear estas duchas, instalamos también un sistema de tratamiento de aguas residuales que son aprovechadas para el riego de sus huertos familiares. De esta forma, fomentamos un uso responsable y sostenible de este recurso.Niño apadrinado con semillas para huerto familar

En dicha comunidad, además, hemos introducido y diversificado semillas de maíz y frijol.

En Tacuba, por su parte, hemos capacitado a 23 mujeres en temas de salud y nutrición. Lo hemos hecho implementando huertos ecológicos en tres centros educativos y en 38 viviendas.

México


Seguimos trabajando con huertos escolares directamente con alumnado de secundaria en la comunidad de Santa Lucia. Nuestro objetivo allí es generar el consumo de pozol con vegetales saludables durante los recreos. Además del trabajo en el colegio con los niños y niñas apadrinados, nuestra labor allí se extiende a toda la comunidad, a la que concienciamos sobre el consumo de verduras saludables.

En el país, los huertos escolares se extienden por otros territorios donde trabajamos. En Oaxaca, por ejemplo, en 2019 desarrollamos un campamento ecológico donde los niños y niñas apadrinados aprendieron también cómo manejar un huerto escolar.
Lo mejor que hemos hecho fue cosechar nuestro propio huerto escolar con rábanos y lechugas que compartimos a la escuela vecina para que ellos también siembren (Briana Julieta Cortez Ramírez, 10 años).

En Sonora hemos implementado huertos de traspatio, aprovechando productos naturales típicos de la región como la planta del nopal, moringa y soya. Con ellos elaboramos en los colegios alimentos nutritivos como mermeladas, ceviches, gelatinas y tacos.

Nicaragua


En la zona del Corredor Seco contribuimos a mejorar la nutrición de niños y niñas de ocho escuelas. Lo hacemos a través de la creación de huertos escolares para producir vegetales que complementan la merienda escolar.




Si quieres ayudarnos a seguir desarrollando proyectos como estos en los que mejoramos la alimentación de las familias y sus economías locales a la vez que concienciamos sobre la importancia del apadrinamiento: ¡apadrina! Solo con ayuda podemos cambiar el mundo.

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