Natasha huyó de Kharkiv con su hijo Ivan inmediatamente después de que cayeran las primeras bombas. Llegaron a Morshyn, al oeste de Ucrania, tres días después de la invasión rusa. Allí son apoyados por People in Need, la organización socia de Ayuda en Acción a través de la plataforma Alliance2015 y la que está ejecutando gran parte de los fondos recaudados por Ayuda en Acción en España.

El testimonio original, en inglés, lo puedes encontrar aquí.

¿Cómo comenzó todo?


“Cuando salimos de casa, la ciudad ya estaba bajo el fuego. Al mismo tiempo, la gente iba tranquilamente a comprar el pan. Mucha gente aún tiene la esperanza de que todo va a salir bien". Así describe Natasha el día en que salieron de su hogar. "Llamé al taxi. El taxista me dijo que había sacado a su familia del pueblo y que seguía trabajando. Le pregunté: '¿Por qué no se va?' Me dijo: '¿Quién se queda entonces, si no somos nosotros?", cuenta.

"Me di cuenta de que las guerras no terminan rápidamente. Así que he aceptado la oferta de mi empresa para trasladarme, y he venido aquí en autobús", afirma Natasha, añadiendo que ella y su hijo cruzaron muchos puestos de control y controles de pasaporte durante el camino.
Me rompe el corazón darme cuenta de cuántos de mis amigos se quedan allí.

Natasha e Iván llegaron a Lviv, en el oeste de Ucrania, y empezaron a buscar un lugar donde alojarse. Finalmente encontraron un lugar en un antiguo sanatorio de Morshyn. Este edificio ha sido reabierto recientemente para las personas que huyen de la guerra. Natasha tiene que considerar cuidadosamente sus próximos movimientos: "No voy a ir a ninguna parte ahora mismo. Solo me iría si las bombas cayeran aquí también". Aunque su hijo Iván es muy adaptable, Natasha está preocupada por él: “está bien, pero creo que está traumatizado. Quizás ahora no lo parezca, pero podría revelarse más adelante", concluye.

 

 

“Queríamos llevar a nuestros hijos a un lugar más seguro”


"Nunca olvidaremos el jueves 24 de febrero. Nuestros hijos pasaron nueve días en el sótano después de aquello", dice Svitlana, actualmente desplazada en Opaka, en el oeste de Ucrania. Tras el tiempo pasado en el sótano, el miedo y la preocupación por la seguridad de su familia, Svitlana decidió huir. Lo hizo con su hija Nastia (24 años), su nieta Maia (1 año) y otras madres más, también con hijos a cargo. Temían quedarse en casa debido a los intensos combates en la zona.

Las mujeres tomaron el tren de Zaporizhzhia a Lviv, que tardó 30 horas. Svitlana nos cuenta que el viaje "fue terriblemente frío en el tren. Cuando entramos, no había calefacción. Pero por el camino ya hacía más calor. El tren iba muy lento en el trayecto; además, nos deteníamos cada vez que se oían las sirenas”.
El tren estaba lleno de madres y niños, algunos de ellos lloraban. Nadie quería abandonar nuestra ciudad, nuestros maridos, padres, hermanos, familiares y amigos. Pero nosotras queríamos llevar a nuestros hijos a un lugar más seguro. Teníamos miedo. Pero volveremos a casa porque ganaremos esta guerra.

Después de treinta horas en el tren, Svitlana y las demás mujeres y niños se dirigieron al sanatorio de Opaka. Recorrieron más de cien kilómetros en autobús y estaban totalmente agotados por el largo y complicado viaje.
Cuando llegamos nos alegramos de que aquí haya calma. A pesar de que no hay calefacción, estamos contentos. Es un paisaje precioso. Se está muy bien aquí. Pero deseamos desesperadamente volver a casa.

Hemos pasado varios días en el refugio antiaéreo


"Hemos pasado varios días en el refugio antibombas con mi hija de seis años. Fue terrible. Había otras madres con niños, y algunas de ellas enfermaron porque el refugio era frío y húmedo. Decidimos irnos a Lviv junto con otras mujeres y niños, ya que es mucho más fácil ir juntos", dice Iryna, de 30 años, de Zaporizhzhia.

Como muchos civiles inocentes que buscan seguridad en Lviv, Iruna pasó treinta horas en el tren y otras dos en el autobús hasta el sanatorio Opaka, donde las familias son acogidas gratuitamente.

"Aquí hay mucha tranquilidad. No tenemos miedo como en Zaporizhzhia", dice Iryna. "Pero de todos modos, queremos desesperadamente volver a casa... En el peor de los casos, si los bombardeos empiezan aquí, nos iremos a Polonia. Pero yo no quiero. Quiero volver a casa", añade Iryna.
No hablamos de la guerra con los niños. Pero ellos sienten y entienden que algo muy malo está sucediendo. No necesitamos nada más que la paz en nuestro país para poder volver a casa.





People in Need tiene previsto apoyar a los centros donde personas como Natasha, Iryna y Svitlana (y sus hijos e hijas) buscan seguridad. PIN organizará la entrega de colchones, sábanas, calentadores, artículos de higiene y otro material humanitario. Los fondos recaudados por Ayuda en Acción desde el inicio del conflicto están siendo canalizados a People in Need, entre otras organizaciones de la plataforma Alliance2015. Si quieres colaborar, puedes seguir haciéndolo pulsando aquí.