Aunque parece obvio que el primer paso para cambiar las cosas es querer hacerlo, quizá sea el que más nos cuesta dar. En Ayuda en Acción hemos decidido, desde hace ya más de 40 años, intentarlo a través de lo que se llama incidencia y educación para la ciudadanía global. Hasta la fecha, podemos sentirnos orgullosos de algunos logros.
Hace algunos años tuve el privilegio de escuchar en persona a Kailash Satyarthi, Premio Nobel de la Paz de 2014. Nos hablaba de la necesidad de involucrarnos en aquellas causas que más nos interesan. Nos animaba a actuar, del modo que considerásemos oportuno, para contribuir a mejorar el mundo. Decía que “si nosotros no hacemos nada, entonces, quién lo hará”.
En su caso concreto hablaba de la infancia desfavorecida. Pero la frase, independientemente de la causa que tratemos, nos conmina al cambio. Cada persona puede ejercer su ciudadanía de forma responsable. Puede hacerlo desde el cambio de actitudes o costumbres (en el caso de la lucha contra los efectos del cambio climático hay múltiples ejemplos), pero también puede ejercerla de forma colectiva.
Incidencia y educación para transformar
La incidencia y la educación para la ciudadanía global que trabajamos desde Ayuda en Acción tiene que ver mucho con esto. Reconocemos el poder transformador que tenemos las personas cuando nos unimos en favor de una causa y de cómo, trabajando y aceptándonos desde nuestra diversidad, podemos lograr grandes cosas.
A través de la incidencia tratamos de influir en determinadas políticas o factores que afectan a los contextos donde trabajamos. Lo solemos hacer uniéndonos con otras plataformas, redes o coordinadoras, conocedores de que trabajando al lado de otras organizaciones es menos difícil lograr avances en políticas públicas. Campañas o informes con recomendaciones que se hacen llegar a decisores/as de políticas son algunas de las acciones que llevamos a cabo. También lo hacemos apelando a la movilización social de la población general y de las comunidades educativas, con el fin de que las personas con responsabilidad política estén más receptivas a las propuestas.
Una nueva estrategia donde la juventud es protagonista
La Estrategia de Educación para Ciudadanía Global ha venido a remarcar y fortalecer este trabajo. Mediante esta herramienta tratamos de fomentar una ciudadanía concienciada de su poder y capacidad para cambiar escenarios y de forzar con sus acciones o actitudes cambios y transformaciones que pueden mejorar nuestras vidas y las de otras muchas personas. En este sentido, nuestro trabajo se focaliza en la población más joven, trabajando con las comunidades educativas, pero también ampliando el radio a las asociaciones juveniles, deportivas o de ocio educativo, promoviendo una red de personas y entidades voluntarias que se sumen y nos ayuden a construir nuestras acciones.
Elaboramos y trabajamos propuestas que pretenden fomentar el diálogo para descubrir cómo afectan a nuestra forma de vida las dinámicas globales, económicas o políticas, a la vez que nos orienta a la acción cotidiana y a la participación en redes locales. Pretendemos con estas acciones contribuir a formar personas capaces de tener una actitud crítica de su realidad, responsabilizarse frente a las desigualdades e injusticias sociales y ejercer sus derechos a través de la participación activa.
De esta forma conseguimos que la gente siga siendo protagonista directo de las soluciones, pero igualmente, siendo conscientes de su pertenencia a una comunidad de iguales donde, cada vez más, nuestras acciones pueden afectar a otras personas en otros lugares del planeta.
Desde la educación para la ciudadanía global y las acciones de incidencia queremos contribuir a generar una sociedad mejor informada y a participar en la construcción de políticas sociales y de cooperación que consigan actuar frente a las injusticias y las desigualdades.