La población afrodescendiente en Honduras se concentra en su mayoría en la costa atlántica norte y en las Islas de la Bahía. Por su parte, la población garífuna reside a lo largo de la costa norte, frente al mar Caribe: desde Masca en el departamento de Cortés hasta Tocamacho en el departamento de Colón. Es el cuarto grupo originario en proporción de población, con aproximadamente 43 110 personas (INE, 2013).

Vamos a conocer a tres mujeres afrohondureñas que a pesar de los obstáculos heredados, nunca pierden la valentía y la perseverancia para seguir adelante en su camino, en el que ahora sí pueden decir que hay futuro.

La fusión, clave para la cultura afro


El pueblo garífuna tiene una cultura ancestral cuyo origen es la fusión. Este nuevo grupo étnico, también conocido como garinagu, tiene su propia lengua, su sistema de creencias, alimentos y prácticas agrícolas ancestrales, danzas y cantos como expresión de su espiritualidad.

Según datos del UNFPA muchos de estos hogares están encabezados por mujeres o abuelas, y uno o ambos padres trabajan en el extranjero para enviar dinero a casa. Como en otras comunidades afrohondureñas e indígenas, algunos barrios y hogares carecen de electricidad, acceso a Internet y agua potable. La inseguridad alimentaria es común y muchos no pueden acceder a los servicios de salud debido a la distancia o la asequibilidad.

La población enfrenta retos y para las mujeres al frente de los hogares, el hecho de mantenerlos a flote se hace aún más cuesta arriba.

Dora Suazo: “me inspira ayudar a mi gente”


Dora es oficial de Vínculos Solidarios de Ayuda en Acción. Tiene un largo recorrido ayudando a las familias y la comunidad, capacitándolas y empoderándolas en derechos de niñez. Eso la inspira cada día porque es consciente de que el conocimiento y la información son esenciales para que cada persona se adueñe de su vida y mire al futuro con otros ojos.

afrodescendiente Dora

Dora también ha explorado otras oportunidades. En 2020 creó la empresa de serigrafia “Laura´s Company”. La nombró así por sus dos abuelas y su madre: las tres se llaman Laura. Para ella, la empresa será un legado que le dejará a su hijo Eduardo de apenas dos años de edad.
“Observé la necesidad en mi comunidad, no había una tienda de blusas o camisetas personalizadas. En ese momento vi la oportunidad de hacer algo diferente y decidí emprender sin dejar de lado el vínculo solidario”.

A ella le inspira apoyar a su gente porque sabe que puede cambiar vidas en un entorno aún inseguro, discriminatorio y que todavía mantiene a la mujer afrohondureña en un papel menor. Dora sabe que las mujeres afrohondureñas pueden liderar procesos de cambio porque son versátiles y con mayor nivel de conciencia social.
“Las nuevas generaciones de mujeres afrohondureñas se enfrentan a muchos desafíos, como rescatar la cultura que se ha ido perdiendo por la adopción de otras a través de redes sociales y medios de comunicación”.

Daisy Oliva: “la emprendedora siempre debe tener la mente abierta”


Daisy Oliva es propietaria y gerente de “Riquísimo”, empresa dedicada a la elaboración de vinos artesanales de varios sabores como el maracuyá, papa, flor de Jamaica, café, jengibre y mangostín (fruta exótica), jaleas, mermeladas, dulces de coco, casabe saborizados. La acompañan su hijo Eber (diseñador de etiquetas y empaques) y su hija Janixe, que se encarga de la administración.

daisy en feria

En 2018, Daisy y sus hijos decidieron emprender. Como todo inicio fue difícil: producían poco y todo lo hacían en la cocina de casa familiar. En 2019 lograron un financiamiento para construir un local en el mismo terreno de la casa y emplearon a tres personas para la producción. Este año están planificando un viaje a EEUU, donde abrirán un mercado y se afiliarán a la Cámara de Comercio de Miami.

Daisy tiene una Licenciatura en Educación técnica para el hogar en el área de alimentos, lo que le hace sentirse segura porque tiene los conocimientos para elaborar sus productos. Hoy en día produce de a 10 a 12 sabores de vino que vende en ferias artesanas o en comercios.

Ayuda en Acción la ha apoyado con capacitaciones sobre inocuidad de alimentos y la ha invitado a ferias comerciales en las que ha promocionado su empresa. Además se le ha hecho entrega de material de bioseguridad para evitar contagios por COVID-19.
“Muchas mujeres afrohondureñas están despertando y están mostrando lo que pueden hacer, porque el emprendimiento se debe poner en práctica y no dejarlo dormido”.

Blanca Ramírez: “las mujeres afrohondureñas transforman vidas”


Blanca Ramírez, mujer afrohondureña

Blanca Ramirez es la coordinadora de la Oficina Municipal de la Mujer en Santa Fe (Colón). Antes de ello estuvo trabajando con varias organizaciones el tema de prevención de VIH/SIDA.

Nos dice que su meta siempre será ayudar a las mujeres a salir de la violencia machista. Sabe bien de lo que se trata porque ella misma fue víctima. Para Blanca la mujer es capaz de impulsar cambios porque tiene una buena práctica, saca adelante a sus familias, educa a sus hijos e hijas muchas veces sin ninguna ayuda, solo con su talento y perseverancia.

Blanca y la OMM son aliados estratégicos de Ayuda en Acción para incidir y lograr promover la protección y promoción de los derechos de la niñez y las mujeres afrohondureñas en el territorio.
“La mujer afrohondureña no solo está capacitada para bailar o realizar actividades deportivas, sino también para asumir liderazgos que impulsen cambios en la vida de las personas”.

*(Artículo escrito por Lizzeth G. Ordóñez, responsable de comunicación en Ayuda en Acción en Honduras).