Con motivo del Día del Cooperante, queremos compartir contigo la experiencia de Lola Pardo, una de las CooperantesCaixa que ha visitado recientemente Mozambique. Allí estamos desarrollando Work4Progress, un programa de Fundación "la Caixa" para fomentar el empleo entre los jóvenes y mujeres más vulnerables. A través de ilustraciones, Lola ha creado este diario de una cooperante en Mozambique:
Pensamientos a la ida
Verano es sinónimo de camisetas de tirantes, de pasear por la tarde porque la luz del sol está preciosa, de escaparse a la playa (o la montaña) o sentarse en una terraza... Verano es sinónimo de vacaciones. Y estar de vacaciones en verano significa muchas cosas. Olvidarse de poner el despertador o de la urgencia de responder uno (o varios) correos. Conclusión: no tener vacaciones en verano es un auténtico disparate. Esta idea se multiplicaba por mil en mi cabeza.
Aun así, nada más empezar agosto preparaba el equipaje para irme a trabajar a Mozambique. Viajaba con dos empleados de CaixaBank a los que no conocía de nada. Nos íbamos como CooperantesCaixa con el proyecto Work4Progress. En Barcelona, hacía un calor bochornoso y yo me quedaría sin vacaciones de verano. Mientras metía unas camisas en la maleta me asaltaban una y mil ideas: los mosquitos, los (previsibles) retrasos de los aviones, la soledad de viajar con unos desconocidos, la incertidumbre y la inseguridad por el proyecto que tenía que desarrollar.
Mientras encajaba los zapatos y buscaba hueco para el botiquín (abro paréntesis: tengo que programar la alarma MA-LA-RO- NE en el móvil), mi cabeza hacía un hueco para otras cosas. Encima del esfenoides se abrió un espacio ¡oh, sorpresa! con forma de corazón. Aquí metí una idea que eclipsó al resto. Aquí hice hueco para la sorpresa de un verano en el que no tendría vacaciones. Un verano en el que viajaría a un territorio imaginario.
La llegada
Lo primero que te llama la atención cuando pisas tierra en África es eso: la tierra. Un color rojizo intenso. De una intensidad tal que es difícil de explicar con palabras. Nota gastronómica para los viajeros gourmets: en esa intensidad hay que incluir el piri, la salsa de un picante infinito con la que acompañan las comidas en países como Mozambique.
También nuestra agenda de trabajo era intensa. Nos levantábamos a las 05:00 AM (sí, repito: AM) y rara vez volvíamos antes de las 19:00 PM. Era extraño: el tiempo se detuvo y al mismo tiempo pasaba volando. Dejó de ser algo lineal. Pasó a ser el “pum pum” de los latidos del corazón que te asaltaba al visitar los proyectos. El tiempo tenía el ritmo que impone “la machamba”, un espacio que es algo más que la cosecha o la plantación. La “machamba” te da la vida. La “machamba” también es obligarse a pensar solo en el presente aun cuando tienes que sembrar para recoger mañana. Y cuando no es “la machamba”, son unas plantas y unas gotas de agua para que unas abejas cumplan con su razón de ser. Aquí es donde Work4Progress cobra sentido.
De la mano de entidades como Ayuda en Acción y entidades locales, no solo se financia un proyecto y apaga y vámonos. Lo que se hace es un proceso que se retroalimenta: se escucha, se co-crea, se prototipa, se analiza y se mide y, a partir de ahí, se escala. Es un proceso tan complejo que pone en valor las habilidades de profesionales tan diferentes como los de aquellos que tienen conocimientos de estructuras bancarias, cotizaciones de los mercados o del diseño de estrategias de comunicación.
Y eso mismo está pasando no solo en Mozambique. También sucede en la India y en Perú. Allí hay otras personas que se han quedado sin vacaciones de verano. Allí también creamos puestos de trabajo e impulsamos el emprendimiento de mujeres y jóvenes. Allí también trabajamos en proyectos que permiten soñar con un futuro diferente.
En el ecuador del viaje
Hay un momento del viaje como CooperanteCaixa en el que te asalta una certeza. Sucedió mientras introducía un nuevo contacto en la agenda. Es un proceso habitual en el trabajo, pero aquí era diferente. No son solo nombres en una agenda. Cada nombre es una lección de vida que te obliga a repensar tus prioridades. Te recuerda que todos los corazones son iguales. Todos bombean 5 litros de sangre al minuto.
Luego están “esas otras personas”. Como Jesús y Nidia de Ayuda en Acción que te han hecho un regalo para siempre. Jesús: muchas gracias por tutelar de manera incansable nuestro viaje a esos “lugares sin geografía” de Mia Couto. Nidia: muchas gracias por convertir las interminables horas de viaje en coche en un karaoke al son de Tabanka DJaz. Hay una tercera persona. Es esa persona que lo hace todo fácil y a quien seguirías sin dudarlo. Esa persona que cuando tú ya no puedes más graba un vídeo panorámico con el que te matas de la risa. Gracias Lia por enseñarme tantas cosas.
Pensamientos a la vuelta
Ya de vuelta a casa procedo a sacar las cosas de la maleta. Mañana tengo que madrugar para ir a la oficina. Tengo un malhumor de mil demonios. Estoy cansada y en Barcelona llueve a mares. También llueve en Edimburgo que es adonde habría ido de vacaciones. Mientras saco los pantalones tropiezo con un trozo de tela. Es una capulana. Me detengo y pienso en el valor de este trozo de tela que lo mismo vale para proteger la cabeza como para llevar a un niño de forma segura. En paralelo pienso en lo poético que es el idioma portugués. Aquí un ejemplo: cuando trabajamos en Maputo, los de la Universidade Politécnica nos autorizaron a “liberar” libros de la biblioteca.
Sigo sacando cosas de la maleta. Voy por los zapatos y el cansancio no se me va, pero me viene otro recuerdo. Un sábado fuimos a ver un baobab. Intenté abrazarlo, pero era inmenso. Casi tanto como descubrir que las palabras, cuando llegan, son capaces de transformar la realidad.
Ya tengo la maleta vacía. Me voy a la ducha. No tengo champú. Creo que lo olvidé en Mozambique. El verano casi ha finalizado y ni tengo champú, ni he hecho vacaciones. Pero mi cabeza está lista para “volver al cole” con un súper poder que me han enseñado en Ayuda en Acción: todos #somosayuda.