Con motivo de la celebración del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, lanzamos la nueva campaña, YOsoyELLA, para denunciar la desigualdad de oportunidades de las mujeres en el mundo a través de seis historias reales de la mano de la cantante Rozalén y la comunicadora Isabel Jiménez.
Por cada año adicional de escolarización, los ingresos futuros de una niña podrían aumentar en un 20% al llegar a la edad adulta. “La pobreza en el mundo aún tiene rostro de mujer. El 63% de los 763 millones de personas adultas que no saben ni leer ni escribir son mujeres. Además, 122 millones de niñas (1 de cada 5) están sin escolarizar. Como consecuencia, sus posibilidades de romper todas las brechas de desigualdad que se dan con más frecuencia en África y Latinoamérica, pero también en determinados contextos europeos y occidentales, son muy limitadas”, explica Marga Sanmartín, responsable de género en Ayuda en Acción, apoyándose en datos de UNESCO.
La campaña YOsoyELLA ejemplifica casos reales de violencia física contra la mujer, embarazo adolescente, matrimonio infantil, falta de acceso a la educación y pobreza extrema con los rostros y testimonios de Zaira, Zankat, Jacqueline, Viviana, Anastasia y Erika, seis mujeres que participan en los proyectos que implementamos desde Ayuda en Acción.
YOsoyELLA: la voz de miles de mujeres
Viviana (29 años), una mujer ecuatoriana, se vio obligada a trabajar desde niña, abandonando la escuela, para apoyar económicamente a su madre enferma, lo que le provocó una profunda depresión. Su futuro era inexistente en la provincia de Esmeraldas, donde enfrentaba cada día la difícil tarea de sostener a su familia. “Esta es la situación de muchas mujeres por todo el mundo”, señala Sanmartín, que destaca que, según la Unesco, el trabajo doméstico representa el 17% de la explotación laboral forzosa femenina".
Zaira, madre soltera mexicana de 25 años, vivió su embarazo durante la adolescencia en la región agrícola de Puebla, donde sufrió una agresión sexual. “Tuve que dejar los estudios para criar a mi hijo y tuve que hacerlo sola”. Cuando entró en el programa de atención psicológica y en el de asesoramiento empresarial de Ayuda en Acción, Zaira vivía en la extrema pobreza. Una de cada 10 mujeres en el mundo vive en esta situación, con menos de 2 dólares al día. Hoy Zaira regenta un negocio dedicado a la venta de maíz precocinado.
De continuar las tendencias actuales, de aquí a 2030 se estima que el 8% de la población mundial de mujeres (342 millones de mujeres y niñas) todavía vivirán así. La mayor parte de ellas, en África Subsahariana, como Anastacia, de Mozambique, quien ha enfrentado numerosos desafíos debido a su falta de oportunidades de capacitación profesional. Ha luchado incansablemente para proporcionar un futuro a sus hijos. Actualmente se forma con Ayuda en Acción en la mejora de los emprendimientos locales en el sector de la pesca y la agricultura y se beneficia de la carretera que la organización ha construido para que su producto llegue aún fresco al mercado.
La vida de Erika (39 años) en Nicaragua no ha sido nada fácil desde que con 18 años se quedó embarazada y tuvo que abandonar su sueño de estudiar para ser enfermera. En la región de Madriz, profundamente afectada por el cambio climático, sus oportunidades de ganarse la vida de forma independiente chocaron con el machismo endémico de la zona. Hace cinco años se unió a una iniciativa de Ayuda en Acción para formar a mujeres apicultoras y se convirtió en la líder de una cooperativa de apicultoras a la que también pertenece su hija.
Violencia de género: una lacra que no cesa
Sin duda una de las principales adversidades a las que tienen que hacer frente las mujeres en todo el mundo es la violencia que se ejerce contra ellas. Según datos de Naciones Unidas, una de cada tres mujeres en todo el mundo (el 35%) ha sufrido violencia física y/o sexual, sin incluir el acoso sexual. En 2022, se registraron 89.000 muertes violentas de mujeres y niñas, la cifra anual más elevada de las dos últimas décadas, aun cuando el número global de homicidios había caído. Las víctimas de feminicidio América Latina sumaba en 2022, a más 4.050 víctimas de feminicidio, y el continente cuenta con de 21,4 millones de mujeres desplazadas forzosamente. La violencia sigue siendo uno de los factores principales que promueven la migración en el caso de las mujeres.
En esta situación se encontraba la salvadoreña Jacqueline (35 años), cuyo padre alcohólico y marido pandillero en las Maras agredían y amenazaban continuamente. Jacqueline huyó y encontró refugio en uno de los hogares de acogida de Ayuda en Acción en México. Ahí ha recibido ayuda psicológica y está participando en programas de formación con el objetivo de mejorar sus perspectivas de empleo.
En una situación similar se encontró Zankat (29 años), de Níger, víctima de un matrimonio infantil caracterizado por episodios de violencia física de los cuales Zankat huía cada noche. Un día huyó de verdad, se marchó para siempre con lo puesto. Cuando entró en el programa de Ayuda en Acción, Zankat se encontraba en una situación de desamparo total. La organización le proporcionó ganado con el que ella ha ido saliendo adelante.
“Una de cada cinco mujeres jóvenes contrae matrimonio antes de los 18 años. En la mayor parte de los casos de forma obligada por las familias para salir de la pobreza”, destaca Marga Sanmartín, responsable de género de Ayuda en Acción. También nos recuerda que, según Naciones Unidas, “se calcula que 640 millones de niñas y mujeres que viven hoy día en el mundo se casaron en la infancia. En África subsahariana es especialmente preocupante, ya que 1 de cada 3 niñas se casan antes de los 18 años. Además, culturalmente siguen siendo aceptadas las prácticas nocivas sobre la salud sexual de las niñas y adolescentes. Al ritmo actual faltan al menos 300 años para que el mundo acabe con el matrimonio infantil”.
Concernidas por estas situaciones, la cantante Rozalén y la comunicadora Isabel Jiménez han unido sus rostros a los de estas mujeres en la campaña YOsoyELLA con un mensaje lleno de empatía. “No podemos dejarlas solas”, insisten, al tiempo que apelan a la solidaridad para acabar con la pobreza, la desigualdad y la violencia que viven millones de mujeres en todo el mundo, y añaden: “Yo soy ella, porque su sufrimiento es el nuestro”.