En plena batalla contra la COVID-19, ya comenzamos a conocer las primeras estimaciones sobre cómo afectará el coronavirus en la lucha contra la pobreza. Y no son nada halagüeñas. Según un estudio realizado por el King College de Londres y la Universidad de Australia –a instancias de Oxfam-, la pandemia global sumirá en la pobreza a 500 millones de personas más en el mundo. Queda demostrado que coronavirus y pobreza no son unos buenos compañeros de viaje: una vez más, las personas más vulnerables serán las peores paradas.
Coronavirus y pobreza: los primeros datos
La COVID-19 nos está afectado a todos, pero no a todos por igual. Las medidas de confinamiento, la crisis económica que se avecina, el aumento del paro, la destrucción de empleo o el desigual acceso a la educación online. Son algunas de las consecuencias que ya estamos viviendo y provocarán que retrocedamos varios años –en algunas regiones incluso décadas- en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
• El Banco Mundial afirma que la crisis económica que vendrá tras la pandemia revertirá todos los avances logrados en los últimos cinco años. Y estima que, por primera vez desde 1998, las tasas anuales de pobreza aumenten.
• El estudio del King College y la Universidad de Australia apunta que supondrán un retroceso de una década en la lucha contra la pobreza. Y de hasta 30 años en algunas regiones como África y Oriente Próximo.
• Al inicio de la emergencia sanitaria, la Organización Internacional del Trabajo afirmaba que se destruirán 25 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. A día de hoy, se prevé que estas cifras puedan ser incluso mayores.
• Solo en África podrían perderse casi la mitad de los empleos, muchos de ellos asociados a la economía informal.
• Unicef calcula que el coronavirus dejará a cuatro millones de niños abocados a la pobreza. Esto traerá consigo un repunte del trabajo infantil, el matrimonio temprano y el abandono escolar.
La pobreza que dejará el impacto del coronavirus afectará especialmente a la infancia: más trabajo infantil, más matrimonios tempranos y más abandono escolar. Clic para tuitear
Aumento del desempleo
Una de las principales causas de este repunte de la pobreza es la pérdida de los medios de vida. En los países desarrollados las tasas de desempleo se han situado en niveles históricos. Las medidas de confinamiento no han ayudado, ya que han dejado sin ingresos a millones de personas con empleos vinculados a la economía informal. Esto preocupa especialmente en los países en desarrollo donde se calcula que el 90% de los empleos son informales.
Las consecuencias en la economía de los países en desarrollo
El FMI apuntaba que la economía mundial se contraerá un 3% debido al coronavirus. La peor parte se la llevarán los países en desarrollo. En su mayoría se trata de economías donde el turismo, la exportación de bienes y las remesas de los migrantes juegan un papel fundamental. Un cierre prolongado de las fronteras, unido a la crisis que se avecina, supondrá unas consecuencias devastadoras para sus economías.
Falta de acceso a la educación
La educación es clave para romper el círculo de la pobreza. Las medidas de confinamiento de la población han dejado sin acceso a ella a más de 700 millones de niños y niñas en todo el mundo. En este contexto, la brecha digital hace aún más evidentes –y agravan– las desigualdades que ya existían. Pero también minan las oportunidades de futuro de millones de niños y niñas en todo el mundo, privándoles de un derecho fundamental.
Organizaciones de todo el mundo se han movilizado desde el primer momento para hacer frente a esta emergencia global. Es el caso de Ayuda en Acción: a través de la campaña Frente al COVID-19, #SomosAyuda estamos combatiendo los efectos del coronavirus y la pobreza en los más de 20 países en los que operamos. Hoy, nuestro trabajo tiene más sentido que nunca: la cooperación internacional será determinante para que estas cifras se queden en estimaciones y no se conviertan en una realidad.