A menudo nos acercamos a África como un todo, ¿verdad? La pobreza en África, la epidemia de ébola en África, y también con el tema que nos ocupa el artículo de hoy: los derechos humanos en África.
La realidad es que África cuenta con casi el doble de países que la Unión Europa (54) y, en ella, caben EEUU, China, la India y toda Europa Occidental y todavía queda espacio para muchos otros países: aquí tenéis un gráfico que os permitirá haceros una idea de su descomunal extensión.
A partir de la década de 1960, el periodo en el que se inician su independencia frente al colonialismo europeo, estos 54 países han seguido trayectorias sociales, políticas, culturales y económicas muy distintas entre sí, por lo que los derechos humanos en África solo pueden leerse en común a través de una coyuntura compartida en parte. Por ello, vamos a plantear unas líneas estructurales y ejemplos concretos, pero es nuestra obligación transmitirte que, igual que la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos se ha extendido de forma desigual por el continente, también lo han hecho, en la práctica, los derechos humanos.
El inicio: la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos
En 1979, siguiendo el modelo ya existente en otros continentes (como el europeo y el americano), la Organización para la Unidad Africana —actualmente reemplazada por la Unión Africana— encargó a un comité de expertos la redacción de la Carta de Banjul, que coge este sobrenombre de la capital de Gambia, donde se constituyó la comisión de supervisión.
• La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos está basada en los principios de la tercera generación del jurista checo Karel Vasak, por lo que podríamos afirmar que refleja y adapta valores europeos.
• A diferencia de otros convenios de derechos humanos, recoge derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales en un mismo documento: así, la Carta Africana apoya la interdependencia, la no priorización y la indivisibilidad de los derechos humanos.
• El borrador se presentó en 1994, reconociendo la necesidad de una Corte Africana para hacer frente a las graves violaciones de derechos humanos en las primeras décadas de independencia de muchas de las naciones del continente.
• El Protocolo de la Carta Africana entró en vigor en el año 2004, pero, hasta la fecha, solo ha sido ratificado por 16 países.
Los 4 grandes enemigos de los derechos humanos en África
Hay cuatro grandes dificultades que atentan contra los derechos humanos en África: la guerra y los conflictos armados, la represión contra la población civil y los activistas, un menor número de espacios democráticos y la impunidad ante todo lo anterior, así como ante la discriminación y la marginación de mujeres, personas con albinismo y colectivos LGTBI+.
Para entender el contexto africano y la situación de los derechos humanos en África, debemos recordar que en el continente se mueven otras cuatro situaciones muy distintas entre sí:
• Los países en guerra o en conflicto armado: Sudán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, así como Camerún y Nigeria.
• Los países con gobiernos dictatoriales: Uganda, Sudán, Guinea Ecuatorial, Chad, Eritrea, República del Congo y Camerún.
• Los países democráticos con elecciones libres y donde se favorece la alternancia del poder político.
• Los países a medio camino entre la dictadura y la democracia, con elecciones fraudulentas, instituciones corruptas, confusión y corrupción en los poderes tradicionales (legislativo, ejecutivo y judicial), etcétera.
¿En qué punto se encuentran los derechos humanos en África?
En el caso de conflicto armado y violencia, las violaciones de derechos humanos son habituales y suponen contextos tan graves como la desesperada situación de violencia y violación generalizada de todo tipo de derechos en Darfur, Nilo Azul y Kordofán, en Sudán, a abusos con grupos armados, trata de personas y explotación sexual en la República Centroafricana o los miles de muertes y más de 1,5 millones de desplazados en Kasai (RDC). Aun así, los nombres más conocidos son los de los grupos terroristas Boko Haram y Al Shabaab.
Sin embargo, la represión de protestas, el uso excesivo de fuerza —por ejemplo, son habituales las torturas de sospechosos en Camerún, Etiopía y Nigeria de personas acusadas de terrorismo— o las prohibiciones ilegitimas ante las demandas pacíficas de la población son, muy probablemente, tres de los grandes problemas del continente africano: en más de 20 países se niega, taxativamente, el derecho a manifestarse y la protesta pacífica, siendo la libertad de expresión la excepción, y no la norma.
En esta tesitura, es habitual restringir o prohibir protestas en Chad, Angola, RDC, Sudán, Togo, Etiopía y otros muchos países; la policía de Camerún, Kenia o Angola ha hecho un uso excesivo de la fuerza en los últimos dos años y en Togo han muerto más de 10 personas entre 2017 y 2018 por gases lacrimógenos y fuego real en manifestaciones pacíficas; también en Sierra Leona hubo un muerto y varios heridos por razones similares.
Entre los casos más graves encontramos abusos sexuales a mujeres y niñas en Sierra Leona, Guinea Ecuatorial, Liberia, Burkina Faso, el secuestro y amputación de personas albinas por superstición en Malawi y Mozambique, y la persecución contra el derecho sexual en Senegal, Ghana, Malawi y Megeria.
En países como Angola, Costa de Marfil o Nigeria se han iniciado legislaciones que reducen la libertad política de los ciudadanos, mientras que la libertad de prensa es un grave problema en más del 50 % de todo el continente; lo mismo ocurre con otros derechos fundamentales como la vivienda o el trabajo, que, en muchos casos, mantienen el trabajo infantil y una fuerte presión por parte de multinacionales extranjeras.
Derechos humanos en África: queda mucho que hacer
En cualquier caso, la situación de los derechos humanos en África es, hoy, mucho mejor que hace diez, veinte y cincuenta años, pero aún queda mucho por hacer. En la actualidad, hay más y más personas en todo el continente, y fuera del mismo, que luchan por los derechos humanos y arriesgan sus vidas y su libertad por el cambio.
Tras 30 años de trabajo, la CADHP sigue generando instrumentos y normas para la promoción de los derechos humanos en África y de las disposiciones presentadas y ratificadas en la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos, pero toca seguir trabajando, y, lo más importante, todos podemos ayudar y construir un mundo mejor desde la cuna de todas las civilizaciones.