La migración ha sido, es y será consustancial a los procesos de desarrollo económico y generación de riqueza. Además, las contribuciones en diferentes órdenes de la vida (social, cultural, político, etc.) son incalculables. La movilidad humana no es un fenómeno nuevo. Lo que sí es relativamente reciente es la “problematización” de la migración a la que asistimos en muchos lugares privilegiados del planeta. La migración sur-norte no ha sido ni de lejos la más relevante en términos de magnitud, ni la predominante a lo largo de la historia.
Que la migración sea vista como un problema, es en sí mismo un problema. Los cierres y la externalización de fronteras, la falta de vías legales para migrar o acceder a un estatus “legal”, o la criminalización de quienes asisten a las personas migrantes, aumentan la vulnerabilidad de muchas de los más de 280 millones de personas contabilizadas como migrantes internacionales en 2022. La consecuencia más dramática es la pérdida de 8436 vidas y la desaparición de 5534 personas en las rutas migratorias entre 2019 y 2021.
Son cifras reflejadas en la Declaración de Progreso del “Foro de Examen de la Migración Internacional” (FEMI) que tuvo lugar en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York entre el 17 y el 20 de mayo, y en el que Ayuda en Acción tuvo el honor de estar. Este foro tuvo el objetivo valorar el nivel de avance en la aplicación del Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular.
¿Qué es el Pacto Mundial sobre Migración?
Suscrito en Marrakech en 2018 por una buena parte de los estados que conforman la ONU el Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular es un acuerdo global que busca enfoques comunes sobre cómo abordar la migración internacional en todas sus dimensiones. En sus 23 objetivos, el Pacto propone, por ejemplo, mitigar los factores adversos que impiden a las personas mantener medios de vida sostenibles en sus países de origen; reducir los riesgos que enfrentan las personas migrantes en las diferentes etapas de la migración, combatir la trata y el tráfico de personas o garantizarles servicios sociales básicos (educación, salud).
Lamentablemente, el Pacto no es vinculante jurídicamente. Sin embargo, sirve de orientación para que los estados orienten sus políticas de forma tal que se garanticen los derechos humanos de las personas migrantes. Desde el punto de vista de la sociedad civil, el Pacto (con todas sus limitaciones) nos sirve como marco de referencia para orientar nuestras propias acciones y exigir a los gobiernos coherencia con los compromisos adquiridos, aunque estos tengan un carácter más político o moral.
¿Qué es el Foro de Examen de la Migración Internacional” (FEMI)?
Se trata de un espacio en el que tienen lugar negociaciones de alto nivel, fundamentalmente entre los Estados, y con la participación de otros actores, entre ellos la sociedad civil. Estas negociaciones han dado lugar a la Declaración de Progreso, que ofrece una visión muy general sobre el avance en la aplicación del Pacto y se proponen algunas orientaciones para la acción. Quizás son estas últimas las que permiten tomar la temperatura del nivel de compromiso que existe en la comunidad internacional para avanzar en la dirección marcada. Quien visite la declaración, más le vale llevar un buen abrigo.
Los diferentes debates y mesas redondas que tuvieron lugar en Nueva York reflejaban dos maneras de entender la realidad (o por lo menos de contarla). De un lado, gran parte de las delegaciones de los Estados se esforzaban por reflejar los grandes logros y buenas prácticas de estos cuatro años de implementación del Pacto. Del otro, la sociedad civil ofrecía puntos de vista menos optimistas sobre lo que ocurre en el terreno, al tiempo que ponía sobre la mesa propuestas más ambiciosas para dignificar la vida de las personas migrantes.
Pero el foro ha sido mucho más que eso. En numerosos “eventos paralelos” que ocurrían fuera de la sede de Naciones Unidas, y con igual importancia, se discutieron diversas temáticas y se compartieron experiencias de trabajo en relación a la migración. La sociedad civil desarrolló su propio foro paralelo durante la misma semana: el “Foro de los Pueblos”. En este espacio diversas organizaciones de la sociedad civil intercambiaron experiencias en torno a la migración en general y al FEMI en particular.
¿Cuál es la visión de la sociedad civil, y de Ayuda en Acción en particular, respecto al FEMI?
Aunque las posiciones, propuestas e impresiones de la sociedad civil son tan diversas como numerosas (una buena síntesis puede consultarse en este documento), me permito hacer referencia a algunas cuestiones que ayudan a entender este importante acontecimiento:
La participación de la sociedad civil: valiosa, pero aún lejos de ser suficiente
En la fase preparatoria del Foro, en la que empezaba a negociarse la Declaración de Progreso, los representantes de la sociedad civil, agrupados en el “Comité de Acción de la Sociedad Civil”, alertaron del reducido espacio concedido a este importante actor. Aunque finalmente se logró una mayor presencia de los representantes de las organizaciones sociales, determinadas demandas no fueron atendidas. Por ejemplo, nada se hizo para lograr la participación de muchas organizaciones del sur global, cuyos representantes no pudieron asistir por la imposibilidad de obtener un visado para entrar a EEUU. Gran paradoja en un foro que en el que se habla de derecho a la participación y no discriminación por razones de nacionalidad. Pese a la adversidad, la participación de la sociedad civil fue destacable.
Balance negativo sobre los avances en la aplicación del Pacto Mundial para las Migraciones (PMM)
Se alertó sobre los pocos avances y el deterioro de la situación de los derechos de las personas migrantes, especialmente en el contexto de la pandemia. El representante de la sociedad civil, Collin Rajah, afirmaba en su intervención: “en lugar de avanzar hacia una migración segura, ordenada y regular, la migración se volvió más turbulenta, más irregular y más peligrosa y mortal. Muchos de nosotros enfermamos y perdimos la vida, perdimos nuestros trabajos y experimentamos el robo de nuestros salarios, muchos fuimos detenidos y deportados, o hemos desaparecido en las fronteras, y muchos de nosotros incluso fuimos culpados de la propagación de la pandemia. Se nos aplaudió por atender en la primera línea y ser trabajadores esenciales y sin embargo a muchos trabajadores migrantes les violaron sus derechos laborales en lugar de aplicar los derechos humanos y las normas laborales internacionales como indica el PMM”.
Lucha contra la pobreza (para que te quedes en tu país)
El objetivo 2 del PMM busca reducir los factores adversos que originan la migración para que moverse sea una opción, tal como señalamos en nuestro posicionamiento ante el FEMI. Sin embargo, es preciso destacar que los esfuerzos de la cooperación al desarrollo deben mantenerse fieles a sus objetivos de reducción de la pobreza sin ponerla al servicio de una hipotética disminución de flujos que, entre otras cosas, jamás ocurrirá. Países como Hungría enarbolaron esta posición durante el foro. Tras varias alusiones a la “invasión” y múltiples críticas al PMM (que no firmaron), insisten en su abordaje: “enviamos ayuda a los países necesitados para que sus ciudadanos puedan tener una vida segura y una vida segura y digna en su país”.
El cambio climático, ¿una verdad incómoda?
El cambio climático y su efecto en las migraciones ha sido un tema recurrente. Desde uno de los eventos paralelos distinguidos académicos señalaban que en múltiples contextos las medidas de adaptación al cambio climático están alcanzando su límite. La migración aparece como una medida de adaptación más, quizás de último recurso. El agravamiento de la crisis climática traerá necesariamente movimientos masivos de población y es importante asegurar vías de migración legal para este tipo de contingencias. Argentina destacaba como buena práctica la creación de un visado para desplazados por desastres socio-naturales de México, Centroamérica y el Caribe. El cambio climático es un problema global, y las soluciones (también globales) implicarán entre otras, una mayor apertura a la movilidad humana.
La detención de menores y el “interés superior del menor”
Como organización centrada en la niñez, en Ayuda en Acción vemos con extrema preocupación la detención de menores migrantes. Organizaciones como la International Detention Coalition han llevado un mensaje contundente al respecto: la detención de menores es a todas luces contraria al interés superior del menor y debe erradicarse. En contraste, las “explicaciones de voto” de un grupo de países (Grecia, Reino Unido, Dinamarca, Lituania, Países Bajos y Noruega) apuntaba la necesidad de reservarse la aplicación de esta práctica atendiendo a prioridades como “la determinación del estatus migratorio o la prevención de la trata”.
El próximo FEMI tendrá lugar en el año 2026. Estados, sociedad civil, organizaciones internacionales y academia tenemos un enorme trabajo por delante. Las organizaciones sociales debemos redoblar esfuerzos en nuestra incidencia ante los gobiernos para que cumplan con sus compromisos internacionales, señalando aquello que se desvía de este fin, pero también aportando el saber hacer de nuestro trabajo diario por los derechos de las personas migrantes. Nos queda también la importante tarea de difundir este tipo de acuerdos (como se ha hecho de forma exitosa con la Agenda 2030 y los ODS) para generar una corriente de opinión favorable a los derechos de las personas, con independencia de su procedencia.
*Artículo escrito por Pablo Uribe (Ayuda en Acción)