Siempre lo decimos: las mujeres indígenas guardan gran parte de los saberes ancestrales de sus pueblos. Esto no supone solo un valor para sus culturas, sino para la propia humanidad. Y sin embargo, históricamente han estado invisibilizadas o se les ha intentado callar. Sin embargo, a pesar de que a muchas le quitaron sus voces, hoy se oyen más alto que nunca.
Te contamos la historia de seis mujeres indígenas que hacen o hicieron historia.
Bartolina Sisa, un referente histórico
La fecha en que se celebra el día de las mujeres indígenas se la debemos a Bartolina. Pero, ¿quién fue? Se trata de una mujer indígena aimara boliviana que murió en La Paz el 5 de septiembre de 1782. Junto a su marido, Tupac Katari, habían luchado en el cerco a la ciudad para luchar contra el sistema colonialista del Alto Perú (hoy Bolivia), que congregó a más de 80 000 personas que luchaban por sus derechos. Fue tal la importancia de su figura y su liderazgo entre el pueblo indígena que incluso fue declarada virreina.
El cerco de La Paz finalmente acabó con victoria española y Bartolina fue condenada a una condena cruel: fue atada por los pies, arrastrada por un caballo y descuartizada. Los trozos de su cuerpo se utilizaron para amedrentar a la población indígena ante posibles futuros levantamientos.
Es un ejemplo para mujeres indígenas bolivianas y de toda Latinoamérica sobre la necesidad de participación de las mujeres rurales indígenas en las decisiones de su pueblo y sus comunidades.
Pocahontas no es solo un personaje
¿Sabías que el personaje de Pocahontas, protagonista de una película de Disney con el mismo nombre, fue una persona real?
Salimos de América Latina para contar esta increíble historia que puede que mucha gente desconozca. Nacida en 1595 y llamada en realidad Matoaka, era hija del jefe indio Powhatan. Convivían con otras treinta tribus en lo que hoy es el Estado de Virginia. A principios del siglo XVII comenzaron a llegar los colonos de Inglaterra, fundando la ciudad de Jamestown.
Uno de los capitanes de la expedición fue hecho prisionero por los indios con la intención de acabar con su vida. Fue Matoaka quien salvó la vida del capitán John Smith, siendo acogido en su propia casa. En agradecimiento, el hombre documentó historias y formas de vida de las tribus indias mientras convivió con ellos, antes de volver a Inglaterra.
Con 15 años Matoaka se casó con un soldado indio pero nunca dejó de visitar Jamestown y charlar con sus nuevos habitantes, quienes le pusieron el apodo de Pocahontas, que significa “pequeña traviesa” o “pequeña silenciosa”. En una de sus visitas fue capturada y retenida durante un año. A cambio de su rescate se liberaron varios soldados ingleses apresados por las tribus indias.
Entre tanto, probablemente obligada, la joven india se convirtió al cristianismo, cambió su nombre a Rebecca y se casó con un inglés, con quien tuvo un hijo. Esto le llevó un tiempo después a Europa, donde fue presentada como una “salvaje civilizada”.
Berta Cáceres vive
Una de las imprescindibles en este listado. De Berta, hondureña, ya hablamos cuanto te contamos la historia de activistas por el medio ambiente. Pero no puede faltar como una de las mujeres indígenas más influyentes de los últimos tiempos. A pesar de que fue asesinada en 2016, sigue estando presente en las reivindicaciones por los derechos del medio ambiente y de los pueblos indígenas en particular.
Berta era de la etnia lenca. El activismo le viene de herencia: su madre había sido alcaldesa y había cobijado a muchas personas refugiadas durante la guerra civil en el vecino El Salvador. Toda su familia, en definitiva, sufrió persecución, torturas, secuestros y atentados por su rol activista, el cual continúa su hija.
Berta fue fundadora y dirigente de la COPINH, una institución referente en la defensa del medio ambiente, el rescate de la cultura lenca y la mejora de las condiciones de vida de la población.
Su papel de activismo frente a la privatización de ríos y contra las presas hídricas que iban a instalarse por parte de multinacionales, con la connivencia del poder en su país, le llevó a estar en el ojo de ciertos sectores. Pero su papel fue más relevante tras el golpe de Estado de 2009: a partir de ese momento casi el 30% del territorio nacional se otorgó a concesiones mineras, provocando el desplazamiento de comunidades indígenas y la privatización de fuentes hídricas y naturales.
Berta no calló en su denuncia contra este tipo de prácticas. Fue asesinada en marzo de 2016 por sicarios encargados por directivos de la empresa DESA cuando se encontraba en su casa en La Esperanza. Según Global Witness, más de 120 activistas medioambientales fueron asesinados entre 2010 y 2017 en Honduras.
Rigoberta Menchú, Nobel de la Paz
Es uno de los rostros indígenas más populares. La guatemalteca Rigoberta Menchú, maya quiché, es defensora de los derechos humanos desde los años 70 del pasado siglo. Su trabajo le ha hecho merecedora de premios como el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1998 o el propio Nobel de la Paz en 1992.
Nacida en Uspantán, en la zona del Quiché, su madre, como la de Berta Cáceres, también era indígena partera. Pero hay más semejanzas entre la vida de ambas mujeres: su familia también sufrió violencia y torturas, especialmente durante la guerra civil en su país: su madre fue asesinada. Eso llevó a sus hermanos a unirse a la guerrilla. Pero ella optó por la denuncia pacífica de la violación de los derechos humanos que sufría la población indígena en su país.
Su postura le llevó al exilio en México, hasta que en 1988 volvió a su país, donde incluso se ha presentado a presidir el país, con discretos resultados.
Myrna Cunningham, defensora de las mujeres
Feminista y miskita. Myrna, que además es cirujana, es conocida por su lucha por los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas no solo de su país, Nicaragua, sino de toda América Latina.
Su vida está marcada por las primeras veces: fue la primera mujer miskita médica, la primera gobernadora miskita y la primera mujer con reconocimiento de Doctorado Honoris Causa en la Universidad Autónoma de México (2010). Participó de forma activa en los acuerdos de paz de su país tras la guerra civil y logró que se aprobara la Ley de Autonomía de los Pueblos Indígenas y Comunidades Étnicas de la Costa Atlántica de Nicaragua.
Leonor Zabalata: haciendo historia en Colombia y el mundo
El presidente colombiano Gustavo Petro, poco después de ganar las elecciones, fue dando pistas sobre por dónde iría su mandato. Las poblaciones hasta ahora invisibilizadas en la historia política del país tendrán un papel relevante. Si bien el papel más relevante se lo lleva Francia Márquez, la vicepresidenta afrodescendiente, hay otra mujer que hará historia.
Leonor Zabalata, indígena arhuaca, escritora y defensora de derechos humanos, es desde el 7 de agosto de 2022 la embajadora y representante permanente de Colombia ante la ONU. Toda su vida ha trabajado defendiendo los derechos de los pueblos indígenas y ha participado, además en procesos de diálogo y de paz en su país.