El drama de la esclavitud infantil no es cosa del pasado. Hablamos de un problema real, y mucho más presente en la sociedad actual de lo que solemos pensar. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) más de 160 millones de niños y niñas realizan trabajos forzados o tareas inadecuadas para su edad, que ponen en peligro su integridad física o emocional y les apartan de la escuela. Pero el problema de esclavitud infantil no acaba ahí.


¿Qué entendemos por esclavitud infantil?


Hablamos de un problema de múltiples caras, que no solo abarca el trabajo infantil. Bajo esa denominación se incluyen también otras terribles formas de sometimiento, desde la trata de menores al reclutamiento de niños soldado o el matrimonio forzado.


¿De cuántos menores estamos hablando? Es imposible dar una cifra exacta, porque la esclavitud infantil es un problema invisible. Y los casos que salen a la luz, aquellos que se contabilizan y a los que se les pone cara, son solo la punta del Iceberg. Pero sí sabemos que no son hechos aislados. No hablamos de casos puntuales, sino de millones de víctimas de la esclavitud infantil en el mundo.


De hecho, en el caso de la trata, la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito calcula que, por cada víctima identificada como tal, existen 20 sin identificar. Y en su último informe señala, además, que 3 de cada 10 de esas víctimas son menores. ¿Qué supone esto? Que hoy en día hay cientos de miles de niños, y sobre todo niñas, sometidas a este tipo de esclavitud. Porque ellas son, a menudo, el principal objetivo de las redes de trata, que las convierte en esclavas sexuales o busca ‘vender’ su virginidad al mejor postor.


En el caso de los niños y niñas soldado, UNICEF habla de unos 300 000 menores aproximadamente, presentes actualmente en unos 30 conflictos armados, sobre todo en África y Asia. Más concretamente en países como Afganistán, Angola, Burundi, Guinea-Bissau, Irak, Liberia, Ruanda…


¿Qué otros países están implicados en la esclavitud infantil?


En la India, por ejemplo, la esclavitud infantil se manifiesta en forma de mano de obra barata y matrimonios forzados.  Pero no es el único país en el que se practican este tipo de uniones. Cada año, unos 15 millones de menores son casados en el mundo contra su voluntad. La mayoría son niñas, y se encuentran en África.  Pero países como Indonesia, Pakistán o Bangladesh tienen también una alta tasa de matrimonios forzados, amparada por la tradición.


Quizás te sorprenda saber que esa forma de esclavitud infantil no es solo cosa de los países más empobrecidos. La activista Sherry Johnson es una de las mujeres que lucha por visibilizar la existencia de matrimonios forzados en países como Estados Unidos. Y también en nuestro país existe un pequeño porcentaje de uniones de este tipo en menores, principalmente entre familias de inmigrantes. El informe ‘No acepto’, realizado por varias organizaciones sin ánimo de lucro de nuestro país, pone precisamente este tema sobre la mesa, señalando la dificultad y las múltiples barreras que presenta este asunto, desde las idiomáticas a la falta de recursos.


Si hablamos de la trata, Nepal juega un papel principal. De hecho, Ayuda en Acción concentra allí buena parte de sus esfuerzos en la lucha contra ella. Pero también España es parte implicada. Es más, prácticamente todos los países del mundo lo son, ya sea como zonas de captación, paso o destino de las mujeres y niñas explotadas sexualmente.


La esclavitud infantil es un problema global, para el que no existen barreras. Se trata de un enorme reto que debemos afrontar desde diversas perspectivas y en el que toda ayuda es bienvenida.



¿Imaginas crecer sin oportunidades de futuro? Nosotros no.



¿Cómo puedes luchar tú contra la esclavitud infantil?


Acabar con el consumo de prostitución es una de las vías para terminar con la trata de menores y la esclavitud infantil. Al igual que que consumir productos procedentes del comercio justo y empresas comprometidas con la lucha contra el trabajo de menores. Otra vía es exigir al Gobierno una mayor implicación en este asunto. Y por supuesto, ejercer tu poder como consumidor, reclamando eso mismo al sector privado.


Habla de estos temas con tus amigos, compártelo en tus redes sociales… En definitiva, ayúdanos a darle visibilidad. Muchos desconocen una realidad que resulta aterradora: que la esclavitud infantil existe también entre nosotros.


Además, puedes animarte a colaborar con Ayuda en Acción para ayudarnos a luchar directamente contra el problema fuera de nuestras fronteras. Tu dinero puede servir para dar cobijo en nuestras casas de acogida a las niñas que han escapado de las redes de la trata en Nepal. O para proporcionar educación a los niños y niñas de las zonas más pobres del mundo. La educación es nuestra mejor arma contra la pobreza y la esclavitud infantil.