La asistencia internacional humanitaria es una respuesta de emergencia enfocada en ayudar a una población en situación de crisis. Tiene dos únicos objetivos: salvar vidas y reducir el sufrimiento de las personas. Hoy queremos contarte cómo se pone en marcha todo el sistema de ayuda de emergencia, centrándonos especialmente en el rol de ONG como Ayuda en Acción.

Cubrir necesidades básicas: clave en la respuesta de emergencia


Cuando ocurre un desastre que deriva en una situación de crisis humanitaria de una población determinada, es habitual que las personas de esa población, en su mayoría, no puedan cubrir sus necesidades básicas de forma autónoma. Cuando hablamos de necesidades básicas nos referimos a acceso a alimentos, agua, saneamiento básico, higiene, salud, refugio y educación básica. Además, en crisis humanitarias de cualquier tipo, es importante asegurar la protección para personas que puedan ver peligrar su integridad física, psicológica o social por la desprotección y/o exposición a la que se enfrentan. Algunos ejemplos de estos riesgos podrían ser violencia sexual o basada en género, discriminación, estafa o amenazas.

Los pasos a dar en una respuesta de emergencia


pasos emergencia humanitariaLa respuesta de emergencia es un proceso planificado y estructurado que empieza mucho antes de la ocurrencia de una crisis humanitaria. Existen organizaciones (internacionales o no gubernamentales) que están especializadas en asistencia humanitaria y otras que, pese a no lo están de manera exclusiva, como es el caso de Ayuda en Acción, dan respuesta de emergencia ante crisis humanitarias. En uno u otro caso, es fundamental seguir ciertos pasos para que la ayuda entregada llegue en forma y tiempo.

Veamos cuáles son esos pasos, que deben producirse a horas y días de que ocurra el inicio de la emergencia:

#1 Plan de contingencia nacional


En el caso de organizaciones internacionales, es prioritario contar con un plan de contingencia adaptado a cada uno de los países donde se trabaja. Así lo hacemos en Ayuda en Acción, donde las oficinas en cada país elaboran y mantienen actualizados sus planes de emergencia. En ellas se definen escenarios posibles de desastres y se definen los distintos componentes de una respuesta de emergencia.

Un plan de contingencia debe integrar indicadores, umbrales de alerta y activación según estándares de actuación y comunicación, lista de proveedores pre-identificados, roles y responsabilidades de los miembros del equipo, así como posibles socios locales para la implementación de las acciones.

#2 Seguimiento continuo de posibles crisis


Hay que hacer un seguimiento (monitoreo) en referencia a los indicadores que pudiesen revelar el riesgo, desencadenamiento y magnitud de una crisis humanitaria. De esta forma, nuestra actuación podrá ser más ágil llegado el caso.

#3 Alerta y activación




La ocurrencia de un desastre de origen natural o eventos bélicos que potencialmente pueden generar una crisis humanitaria ponen en alerta al espectro de entidades internacionales humanitarias.

Sin embargo, son los propios gobiernos nacionales de los países afectados quienes, en coordinación con las entidades de socorro locales, están a cargo y deben responder a las crisis humanitarias. No obstante, cuando la magnitud del desastre sobrepasa la capacidad de respuesta local, los gobiernos suelen hacer un llamado de ayuda internacional.

Es esto (o la omisión de esa llamada ante una crisis abrumadora) lo que activa y justifica la respuesta humanitaria internacional, teniendo siempre en mente que jamás debe reemplazar o inducir el incumplimiento de las obligaciones que tienen los Estados.


#4 Análisis de capacidades internas y valor agregado


Es un momento clave para asegurar la efectividad de la respuesta. En el caso de ONG como Ayuda en Acción, es necesario evaluar si disponemos de personas en terreno para hacer un reconocimiento de la zona de intervención o hay que enviar personal especializado desde las sedes centrales. También hay que contemplar los recursos logísticos con los que se cuenta, algo que debe estar ya previsto en el plan de contingencia.

Estos son los pasos a seguir cuando se activa una respuesta de emergencia por una crisis humanitaria. Clic para tuitear

#5 Envío de equipo a zona afectada e inicio de coordinación inter-institucional


Ya se supone que se ha definido al equipo que se desplazará a la zona: unas tres o cuatro personas. Serán ellas las encargadas de ejercer una labor de coordinación interinstitucional (con organismos internacionales, con gobiernos y con otras ONG, entre otras). El caos es habitual cuando se produce un desastre, sea del tipo que sea; para evitarlo, esta coordinación es fundamental.

Es clave compartir información suficiente que permita al conjunto de actores actuar de forma más eficiente ante la emergencia. Esta información está estrictamente relacionada con necesidades básicas (refugio, alimentación, sanidad e higiene, exposición a violencia, educación…) y con el trabajo que el resto de organismos realizan en la zona.

#6 Diagnóstico de necesidades in situ


Se debe decidir, en base a la coordinación y la información obtenida, dónde será más pertinente levantar información para una mayor efectividad de la intervención. Una vez sabiendo eso y conociendo también tu propio expertise, podremos buscar el nicho y la zona donde nuestro trabajo sea más útil para salvar vidas.

En esta etapa es importante ser ágiles, por lo que la metodología que utilizaremos se basará en encuestas y entrevistas simplificadas a la población afectada por la emergencia. Con los resultados, levantaremos un informe que será útil en la próxima fase.

#7 Movilización de recursos


El informe levantado se usará para enviar a financiadores y para poder transmitir las necesidades que existen de cara a obtener recursos que la ONG o institución pueda destinar a dar respuesta a la emergencia.

#8 Respuesta de emergencia


Habiendo obtenido los recursos, comenzaríamos la fase de respuesta. Esta se centra prioritariamente en la cobertura de necesidades básicas (a través de alimentación, agua, sanidad, etc.) y la entrega de dinero (en efectivo o a través de cheques) las formas más comunes de apoyo. En los últimos años es tendencia apostar por el apoyo en efectivo siempre en caso de que la emergencia no haya destruido el mercado local.

Pero, ¿cómo se controla que quienes reciben el dinero lo inviertan en bienes de primera necesidad? Para asegurarlo, una buena identificación de necesidades (y personas que recibirán la ayuda) es clave. No obstante, es cada vez más habitual utilizar cupones o vouchers. Esto consiste en hacer un convenio con negocios locales que acuerdan con la ONG u organismo para hacer posible únicamente la entrega de productos de primera necesidad.

#9 Monitoreo post-respuesta


Desde el primer momento en que comienza la respuesta a la emergencia, la ONG u organismo debe velar por el buen funcionamiento de la ayuda. Es necesario comprobar que la ayuda tenga el impacto esperado. Desde Ayuda en Acción, además, se pone en marcha un sistema de rendición de cuentas a instituciones y a personas o empresas que colaboren.

#10 Identificación y vinculación con procesos de recuperación, rehabilitación y reconstrucción a medio y largo plazo


Esta fase iría más enfocada a organizaciones como Ayuda en Acción, no especializadas únicamente en ayuda humanitaria y con amplia experiencia en la generación de condiciones de vida digna y oportunidades de futuro a medio y largo plazo.

Un ejemplo de esta fase es el trabajo que se hizo en Honduras tras el paso de los huracanes Eta e Iota, donde apostamos por impulsar proyectos de reconstrucción y reparación a largo plazo, una de nuestras señas de identidad.




Probablemente conozcas el proverbio que tanto usamos en cooperación al desarrollo: regala un pescado y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida. Sin embargo, en plena emergencia o crisis humanitaria, la prioridad no es enseñar a pescar, sino salvar vidas y reducir el sufrimiento de las personas afectadas por un desastre. Una vez cubiertas las necesidades básicas, la asistencia humanitaria da un paso adicional para crear las condiciones iniciales y dejar a las familias beneficiarias vinculadas con procesos más a largo plazo. Por eso en Ayuda en Acción entendemos la respuesta humanitaria como una acción necesaria cuando un desastre ha azotado a una determinada población, pero retornamos cuanto antes a nuestros proyectos de desarrollo que generan impactos sostenibles en el tiempo.

 

*Artículo escrito por Alejandro Zurita, ex responsable del departamento de asistencia humanitaria de Ayuda en Acción.