¿Cómo podemos definir la pobreza?
La pobreza tiene múltiples caras y puede ser abordada desde distintas perspectivas. El no tener acceso a agua potable o la falta de ingresos para mantener la calefacción en invierno son dos ejemplos sacados de dos realidades muy diferentes. Y de dos maneras de experimentar la pobreza, cuyo carácter relativo en el tiempo y en el espacio hace enormemente complejo encontrar una manera precisa de medirla y dificulta saber cómo acabar con ella y cumplir con el ODS número 1.
La ONU, en su intento por unificar la medición del nivel de vida, ha desarrollado un parámetro estadístico conocido como el Índice de Pobreza Humana (IPH), que aborda esta realidad desde tres dimensiones: la de una vida larga y saludable, la del conocimiento y la de un estándar decente de vida. Esto se concreta en una fórmula matemática que contempla distintas variables como la tasa de analfabetismo adulto o la probabilidad al nacer de vivir más de un número determinado de años. No obstante, la fórmula debe aplicarse con ligeras modificaciones en función de si la medición se realiza en países en vías de desarrollo o en miembros de la OCDE.
Además, Amartya Sen, ganador del Nobel de Economía en 1998, amplía esta definición y, más allá de las necesidades fisiológicas fundamentales, como la nutrición, el abrigo o el agua potable, entiende que la pobreza puede definirse también como la incapacidad de alcanzar un mínimo de realización vital.

¿Por qué es tan importante el ODS 1?
Más allá de lo puramente económico o de sus múltiples definiciones, la pobreza es un problema de derechos humanos, una realidad que puede traducirse en hambre, malnutrición, falta de acceso a la educación, a una vivienda digna u otras muchas privaciones fundamentales. De ahí la importancia del ODS 1: acabar con la pobreza.
Además, la empatía o la solidaridad no son las únicas razones para tratar de acabar con la pobreza. Tal y como advierten las Naciones Unidas, el aumento de la desigualdad es perjudicial para el crecimiento económico y socava la cohesión social. Esto aumenta las tensiones políticas y sociales. Y, en algunos casos, impulsa la inestabilidad y se convierte en caldo de cultivo para la aparición de toda clase de conflictos. Es, en definitiva, una realidad que puede tener graves consecuencias para todas las personas.
¿De verdad podemos conseguir el ODS 1?
Sí. De acuerdo con el economista Jeffrey Sachs poner fin a la pobreza extrema antes de 2030, tiene un coste que podemos asumir. Concretamente, 175.000 millones de dólares al año. ¿Te parece mucho? Es menos del 1% de los ingresos conjuntos de los países más ricos del mundo.
¿Qué metas componen el ODS 1?
El ODS 1 está compuesto por cinco metas a alcanzar antes de 2030. A grandes rasgos, son estas:
- Erradicar la pobreza extrema.
- Reducir a la mitad la población que vive en la pobreza de acuerdo con los criterios nacionales.
- Mejorar las medidas de protección social.
- Garantizar el derecho a los recursos económicos, y el acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías y los servicios financieros, incluida la microfinanciación.
- Fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se encuentran en situaciones vulnerables. Y reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos extremos relacionados con el clima y desastres económicos, sociales y ambientales.
¿Qué hace Ayuda en Acción para colaborar en la consecución del ODS 1?
Acabar con la pobreza está en el ADN de Ayuda en Acción. Trabajamos intensamente para acabar con la pobreza en las zonas más desfavorecidas del mundo, por ejemplo, proporcionando educación en África sobre cultivos o economía y creando grupos de ahorro y préstamo que permitan prosperar a los colectivos más vulnerables. Estos últimos son métodos de microfinanciación, fondos comunes en los que las mujeres depositan el poco dinero que tienen, que unido al de las demás supone, sin embargo, un pequeño capital. Así, mediante un sistema rotatorio todas pueden acceder al préstamo del importe suficiente para montar un pequeño negocio, como granjas de gallinas o huertas comunitarias, que contribuyen a la larga a la prosperidad de toda la comunidad.
Además, desde Ayuda en Acción, trabajamos también para acabar con la pobreza en países desarrollados como el nuestro, donde un 30 % de la infancia vive en riesgo de pobreza y exclusión social. A través del programa Aquí también proporcionamos becas para el comedor y el material escolar o trabajamos la alfabetización de padres y madres de origen extranjero.
¿Quieres ayudarnos a alcanzar el ODS 1? Infórmate sobre las múltiples opciones para colaborar.