África vive dos pandemias al mismo tiempo. Dos virus, VIH Sida y coronavirus, coinciden en el tiempo en el continente más empobrecido del mundo. A su vez, se enfrenta también a otras amenazas sanitarias como los brotes de ébola o cólera y el paludismo, entre otras muchas. Hoy te contamos cómo vive África estas dos pandemias.
VIH Sida y coronavirus en África: las cifras
La COVID-19 en África no está teniendo la misma incidencia que en otras partes del mundo. Según los datos proporcionados por la Universidad Johns Hopkins, solo alrededor del 3,3% de las nuevas infecciones por coronavirus reportadas en todo el mundo se han producido en países africanos, aunque el continente alberga aproximadamente al 17% de la población mundial. Probablemente esto se deba en cierta medida a la poca capacidad de las redes sanitarias estatales de monitorear a la población, pero también es cierto que algunos países africanos han desarrollado protocolos eficientes que aplican frente a la COVID-19 de manera exitosa.
Prioridad en la lucha contra el coronavirus
Tras esta aparente buena noticia, la pandemia está teniendo consecuencias muy negativas entre la población más vulnerable. A pesar de la escasa incidencia de la COVID-19, la preocupación por la pandemia está ocasionando que se desplacen prioridades y esfuerzos dejando en un segundo plano otras emergencias. Este es el caso de las personas afectadas por VIH Sida, que pueden ver el número de muertes relacionadas con el sida duplicarse en el África subsahariana de 2020 a 2021 por la reasignación de recursos hacia la pandemia de coronavirus.
Según UNAIDS, si los servicios de VIH se ven gravemente interrumpidos significaría 500.000 muertes adicionales relacionadas con el sida en África. Además, se incrementarían las nuevas infecciones en la infancia a través de la transmisión de madre a hijo en un 100%. Esta situación significaría un retroceso de una década en la lucha contra el sida.
Si los servicios de VIH se ven interrumpidos para atender a la pandemia de COVID-19, llevaría consigo 500.000 muertes adicionales relacionadas con el sida en África. Clic para tuitear
Mayor incidencia VIH Sida entre mujeres jóvenes
La violencia sexual es un factor clave de la infección VIH, especialmente entre las adolescentes y las mujeres jóvenes. En África, se estima que 5.400 mujeres jóvenes se infectan con el VIH cada semana. La tasa de infección de las niñas es cuatro veces mayor que la de los niños de la misma edad. Las mujeres y las niñas son mucho más vulnerables a la infección debido a la tolerancia de la violencia sexual, la cultura de aceptar una masculinidad dañina y falta de educación sexual en las escuelas. Este entorno de inseguridad para las niñas y mujeres se ha visto agravado por la COVID-19.
Por otro lado, la prevalencia del VIH es significativamente mayor en África subsahariana y la disponibilidad de terapia antirretroviral (TAR) es menor. Debido a estas diferencias, los efectos de la COVID-19 en las personas que viven en la zona con el VIH Sida podrían ser mayores. Investigaciones publicadas en Clinical Infectious Diseases muestran un riesgo dos veces mayor de mortalidad por COVID-19 en personas que conviven con el VIH.
Etiopía, un ejemplo de nuestro trabajo contra VIH Sida y coronavirus
En el actual contexto de pandemia de coronavirus las personas seropositivas son todavía más vulnerables, ya no solo porque tienen el doble de posibilidades de morir si contraen el COVID-19, sino porque además deben enfrentarse a la falta de información y desinformación, a la imposibilidad de comprar materiales para evitar el contagio y ven aumentar su pobreza debido a las restricciones de movilidad.
En Arsi llevamos varios años trabajando de la mano con las autoridades sanitarias para ayudar a los colectivos más vulnerables. Una de las principales labores que desarrollamos en las comunidades donde trabajamos es la sensibilización como principal arma para combatir ambas pandemias, ya sea la del VIH Sida o la del coronavirus.
La falta de información se traduce en miedo e incertidumbre para las familias. Nos cuenta su experiencia Frehiwot Solomon, una estudiante de 17 años:
En mi familia todos somos pacientes de VIH-Sida. Cuando llegó el coronavirus me preocupé mucho pues sé que somos grupo de riesgo. Escuchábamos que muchas personas se estaban contagiando en Europa y América y nos asustamos. A mi hermano mayor y a mí nos preocupaba que mi padre y mi madre cogieran el virus y murieran. Mi familia es pobre y no podíamos permitirnos comprar materiales para protegernos contra la COVID-19, así que estábamos muy expuestos. El centro de salud de Robe y Ayuda en Acción nos informaron para protegernos del virus. Poco después contactaron con mi madre y le entregaron mascarillas, desinfectante y jabones para toda la familia.
Coordinación con autoridades locales
Las familias más vulnerables ven cómo las restricciones de movilidad afectan directamente su economía de subsistencia. Dedican casi todos sus ingresos a la compra de alimentos, y no se pueden permitir comprar mascarillas y otros materiales de prevención, lo que limita aún más sus movimientos y reduce sus ingresos. En estas situaciones se pone en marcha la coordinación con las autoridades y nos derivan a las familias más necesitadas para que les prestemos apoyo.
Aster Woldehana tiene 40 años y vive con sus tres hijos (un niño y dos niñas) y su marido. El matrimonio y la hija menor son seropositivos. Pero ni el VIH Sida ni el coronavirus les han parado. El matrimonio se esfuerza cada día por sacar a su familia adelante con su trabajo, pese a que ninguno de los dos tiene un empleo estable. Viven al día y la COVID-19 solo ha hecho aumentar su pobreza.
Aunque quedarse en casa era un medio para proteger y controlar la propagación, no teníamos soluciones ya que nuestros hijos necesitan alimentos. No teníamos dinero para tener materiales de protección personal. Como la oficina de salud del distrito nos proporciona medicamentos TAR, están al tanto de nuestra situación. Nos orientaron hacia Ayuda en Acción a través del Comité de Selección de la comunidad. Recibimos desinfectante, jabón de baño y mascarillas para la familia, con instrucciones para su buen uso.
A la situación crítica que vive la población de Arsi, se suma además un problema de escasez de agua. Ayuda en Acción instaló un tanque de agua de 10.000 litros a disposición del centro de salud y del hospital.